18 enero 2008

La bola negra

No son más que palabras; todo lo que nos decimos lo son. Pero, en cambio, a menudo una simple palabra nos puede cambiar la vida, o hacer simplemente, que ésta tome una dirección diferente de la que llevaba... realmente, a menudo pienso que somos barquitos de papel cuyo movimiento responde a las palabras, los afectos y alguna cosa más que nos viene de fuera, de los demás.

Queremos pensar que somos autónomos, independientes... pero quizá no seamos más que bolas de billar en un tapete, coloridas formas redondeadas que vamos de un lado a otro, golpeándonos unos con otros, haciéndonos variar las direcciones tomadas previamente y chocando con los márgenes de la mesa (o de la vida). Locos átomos que nos vamos cruzando, unas veces sin vernos, y otras sin poder dejar de mirarnos...
Hoy tengo la sensación de que yo soy la bola negra... espero que mañana me levante de mejor humor...
¿qué bola sois vosotros?

8 comentarios:

José Luis dijo...

La bola negra no sólo hace perder la partida en el billar americano. También hace que se gane. Todo depende de en qué momento y en qué agujero se cuele.

Anónimo dijo...

No lo había visto de ese modo... Es un modo optimista de verlo! Gracias JL!!

Anónimo dijo...

No sé no sé, ahora mismo me pillas en bolas... Yo debo ser la de color rojo (no sé su número pero debería ser el 4)

Anónimo dijo...

Pues es una pena, pero tendrás que elegir, anónimo... porque o eres la 4, o eres la roja, dado que la roja es el 3 y la 4 es lila... ¡La vida es dura porque no se puede tener todo! ;-)

Eva dijo...

Yo no se cual soy y ése es mi problema. Si tuviera escoger no sabría por cual decidirme. Encima siempre pierdo en todos los juegos. Soy un desastre...

Espero que estes contenta con el cambio de sistema. Si bien wordpress es mejor, yo estoy muy contenta con blogspot porque es básico, facilito y funciona muy bien.

Has linkeado mis blogs. Mil gracias :)

Sandra Sánchez dijo...

No sé en 5 años cuánto pudo haber cambiado este primer pensamiento, supongo que poco porque es un pensamiento de esos atemporales y válidos para cualquier época. Lo que sí espero que haya cambiado es el humor de ese día (cuántos habrá habido desde entonces iguales, mejores y peores...)
La bola negra es la más importante en el billar americano así que por lo menos por ese lado la autoestima la tienes alta que ya es algo muy bueno.
Por mi parte me siento como una de las bolas rayadas, una de ésas que golpea constantemente con las otras, esa bola que hace bulto en el tapete, la que choca con el borde y se va al otro extremo...la que se resiste un poco más pero finalmente acabará entrando por el aro (por el agujero, en este caso), de la que nadie se acordará cuando quede sólo la negra...

sísifo dijo...

Jeje. Yo me comparaba con la bola negra porque se suele considerar la mala, la que tiene la negra (nunca mejor dicho). Pero es cierto que también es protagonista.
En general, pienso que todos somos rallados o lisos, todos parte de un equipo (familia, amigos, etc.) en que unas veces sumamos y otras restamos.
En aquel tiempo iba un poco a mi aire y me veía más como el árbitro. Poco a poco me voy sintiendo parte del grupo... Quizá llegue a ser, con suerte, otra rallada!
Petons,

Sandra Sánchez dijo...

Estupendo entonces, si lo que quieres es formar parte de la masa (en el buen sentido).
;)
Petonets!