23 abril 2008

estuve al otro lado del mundo

He estado en las Antípodas. Bueno, casi... estuve en Sydney... que casi es lo mismo. Y, ¿sabéis? Por mucho que anden al revés, al otro lado del globo, la gente es bastante parecida a nosotros.

Hubiera sido divertido, como Alicia la de Carroll, haber entrado en la tierra y aparecer allí. A cambio, nosotros tuvimos que hacer un montón de horas de avión. Lo que garantiza que, salvo que ocurra algo extraordinario, no volveré al otro lado del mundo. Y como volvimos por el mismo lado por el que fuimos, nunca podré decir que hice la vuelta al mundo... sólo la media vuelta al mundo, ¡como si se tratara de una media maratón!

Vimos canguros, koalas, e incluso al diablo de Tasmania. Vimos cómo gira el agua al otro lado del mundo, y vivimos del revés unos cuantos días. Pero, en definitiva, y aunque con más verde y más extensión, lo que vi de Australia no difiere demasiado de lo que puedo ver en mi ciudad o en alguna otra.

Sin embargo, de vuelta estuvimos en Bangkok. ¡Eso sí es ver cosas diversas! Estuvimos inmersos en una cultura totalmente diferente a la nuestra, que hace a la gente ser de otro modo de verdad. El budismo, la reencarnación... ver cómo se comportan, lo tranquila que es la ciudad a pesar de la miseria en la que viven... me hizo pensar que el cristianismo se equivoca con aquello del cielo y el infierno, con aquello del castigo divino... al final, la gente piensa que si Dios es bueno les perdonará (y ya la iglesia inventó también mil modos de evitar los castigos). Pero, de pronto, te ves en medio de gente que cree que, si no es bueno en esta vida, se reencarnará en quién sabe qué bicho... y tendrá que volver atrás en la escala, dejando cada vez más lejos el Nirvana... No es que esté de acuerdo con este otro tipo de creencia (creo que no estoy de acuerdo con nada trascendente)... pero, si tuviera que elegir, tengo claro lo que sería.

Hace años oí a un budista que decía algo así como que en general somos infelices porque nos empeñamos en desear cosas que son escasas y que además no tenemos al alcance de la mano. Que si cualquiera de nosotros deseáramos el agua, ya que tenemos tanta (aunque no sé si es un pensamiento correcto en tiempos de pre-sequía), desearíamos algo de lo que tendríamos en abundancia y nunca seríamos infelices por ello.
Ya lo dijo aquel: “No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita”.

4 comentarios:

José Luis dijo...

Hombre, por fín!
Ya que yo no tengo tiempo de postear, espero que posteen los colegas.

Como ya sabes que me encanta pasarme de listo, lo de cómo gira el agua en cada hemisferio se llama efecto Coriolis. Jeje.

Realmente me ha gustado la observación del final. A partir de ahora voy a desear dinero, que se supone que hay mucho. ¿O eso ya lo he deseado en otro momento de mi vida? Bueno, ya veremos.

Un beso,
JL

Anónimo dijo...

Si... ya sé... ¡tu lo que deseas tener en grandes cantidades es notoriedad!... espero que algún día encuentres lo que buscas!
Un beso,

Sandra Sánchez dijo...

Qué guay! viajar al otro lado del mundo...debe ser toda una experiencia sin duda, yo he viajado algo por Europa, unicamente puedo decir que puse los pies en continente Africano porque fui a Ceuta (uno de los sitios al que fuimos de viaje de estudios en COU) así que creo que no es mucha cosa (lo del continente africano, digo). Pero lo que sí me llama la atención es tu estancia en Bangkok. Dices no creer en nada trascendente (te lo he leído también en alguna otra entrada), yo era católica hasta hace unos años y digo era porque hoy por hoy no me considero católica, no puedo formar parte de una institución con unas "normas" con las que no estoy de acuerdo. Seguramente seré cristiana, puede, pero sé que católica no. Me interesa mucho el budismo, leo cosas sobre ello y me interesa mucho esa otra forma de pensar tan distinta a nuestra cultura occidental. Me gusta esa "tranquilidad" que me transmite ya sólo la figura del buda (en mi casa tengo alguno que otro). Este año es el cuarto que practico yoga, me gusta porque me ayuda a estar más en el presente (cosa que necesito bastante pues a menudo estoy en el pasado o el futuro)y me conecta más con mi "yo" interior...es una disciplina que conecta el cuerpo con la mente teniendo en cuenta el lado espiritual de la persona y eso me gusta. No sé si esto te suena a algo o a poca cosa, bueno el caso es que te cuento esto porque me ha gustado mucho esta entrada y tu reflexión espiritual.
Y sí, solemos desear lo que no tenemos lo que seguramente no alcazaremos o difícilmente, cuando hay tantas cosas que sí tenemos ya para sentirnos felices...me ha venido bien acordarme de esto, hoy estaba un poco baja y me has hecho recordar la cantidad de cosas que sí tengo hoy, ahora...

sísifo dijo...

A mi madre le pasa algo parecido con la religión. Sigue creyendo pero la Iglesia cada vez le da más grima! jaja

Me gusta ver que te alegró el día. Es importante que las palabras sirvan!!

Un beso,