30 marzo 2009

escuchar la experiencia

En el post anterior, Isabel comentaba que las cosas a menudo vienen a nosotros cuando estamos preparados ... yo creo más bien que somos nosotros los que llegamos a las cosas cuando podemos verlas.
Me ha hecho buscar un pasaje de Nietzsche que leí en Ecce homo, en el que encontré por primera vez esa idea que tanto me ha hecho pensar, y que he querido compartir con vosotros por si estáis en el momento de leerlo y “escucharlo” (lo que me gusta es la primera frase, pero permitiréis que os traslade el párrafo entero):
En última instancia nadie puede escuchar en las cosas, incluidos los libros, más de lo que ya sabe. Se carece de oídos para escuchar aquello a lo cual no se tiene acceso desde la vivencia. Imaginémonos el caso extremo de que un libro no hable más que de vivencias que, en su totalidad, se encuentran situadas más allá de la posibilidad de una experiencia frecuente o, también, poco frecuente, - de que sea el primer lenguaje para expresar una serie nueva de experiencias. En este caso, sencillamente, no se oye nada, lo cual produce la ilusión acústica de creer que donde no se oye nada no hay tampoco nada...
Ecce homo. Nietzsche

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