21 febrero 2010

confiar

Hace tiempo intento encontrar confianza. Confianza en mí misma y confianza en los demás. Para mí es muy complicado, porque convivo a diario (laboralmente) con gente en la que no puedo confiar. No puedo dar fe de que todo lo que me digan va a resultar cierto, por lo que hace años voy construyendo una coraza, intentando no ser crédula y no creer siempre lo que me dicen.
Pero es contradictorio, porque yo soy, por naturaleza, bastante ingenua, y creo en que lo que me digan será cierto. Mi frase, aunque critico después por cándidos a aquellos que la utilizan, es “¿por qué lo iba a decir si no fuera cierto?”.
Y además me complica la vida, porque empiezo a entender que me cuesta tener una actitud diferente en función de quién tengo delante: si me volví desconfiada, si levanté una pared a mi alrededor, fue para todo el mundo.

Tendré que aceptar que la vida tiene parcelas, que es cierto que hay “gajes del oficio”, y que debo encontrar algún modo de regular mi confianza, dando más a quienes me dan a mí, y desconfiando del resto... Seguiré trabajando-me...

3 comentarios:

Sparrow dijo...

La vida te puede dar muchos palos si eres demasiado ingenua. Además, las decepciones frente a un abuso de confianza, o frente a la indiferencia de alguien en quien confiabas mucho, son de las más difíciles de superar... Pero pese a ello, creo que prefiero pecar de ingenuo que de desconfiado.
Que por mí no sea. Los demás que hagan lo que crean que tienen que hacer...

Besos!

burdon dijo...

Suscribo las palabras de Sparrow!

Este dilema de si pecar de ingenuo o de desconfiado ya me lo he planteado más de una vez. Lo mejor es un intermedio. Y si aún tomando las precauciones justas pasa algo, pues se le saluda.

(no sé si se ha entendido el chiste) :)

Anónimo dijo...

Vamos, que por lo que veo no soy la única que no tiene remedio!
Ya me gustaría haceros caso y buscar un término medio (que Aristóteles decía que era la virtud)... pero no creo que sea capaz. Ya veremos.
Besos a ambos!!

P.D. Soy más lenta de lo que creía... no he entendido el chiste... ¡hasta que no he leído que era un chiste!! ¡Qué torpe! :-(