06 febrero 2010

caminos

Hace tiempo que busco mi camino.
De hecho, últimamente siento que, o empiezo a vislumbrar la senda correcta o, como mínimo, empiezo a entender qué caminos no son los míos. En cualquier caso, estoy en un momento en que ciertas cosas me hacen pensar mucho.
Como el poema de Henley, que se convierte en el live motive de la recien estrenada Invictus. Y del que también aparece un fragmento en El club de los poetas muertos. Creo que el texto no requiere más comentario:

Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma

William Ernest Henley

2 comentarios:

Sparrow dijo...

Excepto en lo de llorar, que no pasa nada si cae alguna lágrima, me ha encantado el poema, Seamos todos amos de nuestro camino, pues aun en los peores momentos dejarse llevar por el dictamen de otros no hará más que empeorar nuestra situación.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo. Aunque me gustaría haber llorado menos en la vida, no puedo decir que no forme el llanto parte de ella...
Tampoco estoy muy de acuerdo con lo de los Dioses.
Pero tiene una fuerza que me llamó mucho la atención. Creo que deberíamos ser conscientes día a día de que somos los capitanes. Digan los demás lo que digan!!
Viento en popa a toda vela, Capitán Sparrow!!