01 octubre 2012

quienes fuimos

A veces la vida trae gente; a veces se la lleva. No podemos pasar la vida con las mismas personas porque los individuos tienen direcciones particulares y éstas a veces son paralelas, otras son tangentes.... y otras simplemente se cruzan durante un tiempo y después se separan sin más. No somos matemáticas, pero es cierto que éstas a menudo explican más cosas de las que parece.

A mí la vida me decepciona cuando ocurre, cuando alguien desaparece, cuando toma un rumbo que no me incluye. Me decepciona seguramente porque me gusta que las cosas estén siempre en el mismo sitio, me desestabiliza mucho pensar que mañana no va a estar ahí todo aquello que quiero.

Pero también acepto como parte de la vida ese juego de azar, ese escondite que de pronto oculta lo que estaba a plena luz.

Supongo que todo sería muy aburrido (en cuanto a predecible) si no hubiera variación. En el fondo necesitamos que alguien nos mueva las cosas de sitio para recordar que están ahí e, incluso, que si alguna desaparece podamos valorar mucho más las que se quedan.

La vida cambia y nos cambia... habrá que aceptar ese río en el que no podemos bañarnos dos veces porque ya el río no es el río y nosotros ya no somos quienes fuimos.

2 comentarios:

Carles dijo...

Igual que hay quien toma caminos separados, puede aparecer alguien caminando a tu lado... El cambio lo es en todas direcciones!

sísifo dijo...

¡Ojalá! ¡En eso confío! Mi problema es que últimamente la cuenta siempre me da negativa, pero estoy segura de que un día compensaré la pérdida.
Y si no... ¡me basta con los que estáis aún ahí!
Besos!!