26 junio 2010

puertas

Hay gente a la que no le gustan las puertas. Seguro que el feng shui (tan de moda) también dice cosas negativas de ellas.
En cambio, a mí me gustan. Son las puertas las que permiten que se pueda cruzar a otro lado. Son las que permiten que haya lados a los que cruzar. Permiten estancias diferentes en zonas similares. Permiten que no todo sean loft.
Hace unos años me parecía que un loft era lo mejor: una estancia única, con todo abierto y sin limitación. Supongo que seguiría gustándome la idea si pudiera permitirme un loft tipo planta de una fábrica, como en Flashdance. Pero contando que vivo en un piso de 60 metros, tengo que aceptar que me gusta que tenga paredes. Y, sobretodo, puertas.
Dejo las puertas abiertas. Siempre. Excepto la del dormitorio (permite que mi gato me deje dormir). Supongo que si no tuviera puertas no cambiaría nada. Pero me gusta que estén ahí, dando la posibilidad de cerrarlas cuando uno quiera. Aunque no lo haga.

17 junio 2010

un curioso retrato

Siempre he tenido a Oscar Wilde por un tipo interesante. A pesar de que prácticamente no le he leído.
Me lo imagino como un tipo muy cínico e irónico, con una extraña visión de la vida. Tuvo que ser un tipo curioso para su época, cuando sigue siendo un tipo curioso para la nuestra.
No sé si me hubiera gustado conocerle, porque a menudo este tipo de genios, si encima son irónicos, no suelen ser de buen tratar. Pero tengo que encontrar el buen momento para adentrarme en su literatura. El caso es que cuando lo haga sé que querré leer varias obras, y estoy buscando el momento vital para disfrutarlas todo lo que pueda.
El caso es que, esperando dicho momento vital, me encontré ayer con la película que sobre su obra han hecho: El retrato de Dorian Gray.
Una gran película, sobretodo porque el guión (como no podía ser menos) era excelente. Con esas frases reconocibles del escritor (que son conocidas, aunque no todos sepan que son suyas), y con un espíritu que me recuerda por qué me gustaría leerle.
Lo único que me molestó es que quizá con el suspense y “los sustos” se han pasado un poco; sobretodo para alguien como yo que odio que me asusten y que voy al cine a pasar un buen rato, y no a sufrir...
En cualquier caso, me parece una película muy recomendable que, por una vez, rompe la costumbre y me llevará en un plazo no muy lejano a leer un libro después de haberlo visto en cine.