En tiempos de Sant Jordi, lo que se lleva es regalar rosas y hablar de libros... como lo primero “no me toca”, haré lo segundo.
Y es que, gracias a una profesora, he dado con un libro apasionante del que jamás había oído hablar, y que me ha resultado una obra merecedora de que hablen de ella: Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena.
Para que nadie se asuste, aclararé que los “renglones torcidos” son (para la protagonista de esta historia), aquellos individuos afectados por algún tipo de locura, y que ella interpreta que son los errores en la escritura del todopoderoso.
Es una obra que, bajo una historia policíaca, relata una visión curiosa y apasionante de la locura.
Relata a una mujer que por una serie de cuestiones se interna en un sanatorio mental (como ya hiciera el autor con el fin de escribir esta novela), y que cuenta con gran realismo de qué modo se comportan sus habitantes, los “tarados del alma”.
Es una novela muy humana que nos recuerda que los locos no son más que aquellos que exacerban alguno de los gestos que todos tenemos en una versión moderada.