Hace poco me preguntaron qué me gustaría ser de mayor. Yo contesté que me gustaría tener la hipoteca pagada para poder montar un centro de risoterapia. ¡Sería tremendo trabajar en un lugar donde la gente viniera a reirse!!
Algo así sentí el domingo. Fue un domingo especial porque fuimos al circo. ¡Qué gran lugar ese! ¡El mayor espectáculo del mundo!
La gente se emociona, y disfruta con las acrobacias, las risas y la música. Los ánimos se levantan y sale uno de allí pensando que podría ser capaz casi de cualquier cosa.
Pero los circos también me ponen un poco triste. Siento que es complicado dedicarse a algo tan nómada.
Por eso no han hecho que cambie de opinión: seguiré ahorrando sueños para seguir soñando que puedo dedicarme a reírme y a hacer reír.
Mientras, recordaré las caras de sorpresa de los niños cuando se encontraban con un payaso.
Por eso no han hecho que cambie de opinión: seguiré ahorrando sueños para seguir soñando que puedo dedicarme a reírme y a hacer reír.
Mientras, recordaré las caras de sorpresa de los niños cuando se encontraban con un payaso.