09 abril 2012

las palabras matan

No sé si somos conscientes a diario… quizá deberíamos. Porque las palabras a menudo se alojan en nuestro cerebro y pueden hacer de nosotros lo que ellas quieran. Es tan fácil como hacer una marca en un bloque de mantequilla. Con la diferencia de que son marcas indelebles que permanecerán, posiblemente, incluso hasta pasado el día en que su emisor ya no pueda decir más.
Nunca una palabra de aliento será tan fuerte como un insulto, como una reprobación, como un desaire… muchos piensan (o al menos dicen) que no les afectan, pero en realidad es simplemente que no quieren asumir que se ven afectados por algo tan leve como aire que transporta un sonido que podría significar mil cosas pero que significa algo que no podremos olvidar.