No sé si somos conscientes a diario… quizá deberíamos. Porque las palabras a menudo se alojan en nuestro cerebro y pueden hacer de nosotros lo que ellas quieran. Es tan fácil como hacer una marca en un bloque de mantequilla. Con la diferencia de que son marcas indelebles que permanecerán, posiblemente, incluso hasta pasado el día en que su emisor ya no pueda decir más.

4 comentarios:
...y de la misma manera que matan, alivian, calman, alientan, vivifican, acarician y aman al otro.
Las palabras tienen tanta fuerza que su límite está únicamente donde uno lo quiera fijar.
Un beso apalabrao! :D
Ainch! Menos mal que tengo amigos que me quieren y me hablan bien!! ))
Veo que tienes una visión más positiva que yo! Qué grande!!
Besos!!
Hay palabras que nos matan por dentro, poco a poco, es cierto, son dardos envenenados directos al corazón...alguna vez, afortunadamente también nos lanzan el antídoto.
;)
Me gusta, eso del antídoto!!
Gracias Pulgacroft!
:)
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