25 noviembre 2008

mi granito de arena


Con ocasión del Día Internacional contra la Violencia de Género, hace un par de días, Mutuas palabras me hizo pensar sobre la violencia contra las mujeres.

Esta mañana, en la radio me han vuelto a hacer pensar sobre ello... Me ha hecho temblar una declaración de una mujer que contaba su vida, y comparaba su huída con aquel cuento de la elefanta que, atada con una cuerda que iba de su pata a una estaca, la primera vez que estiró se hizo daño y no quiso volver a intentar escapar... pero después volvió a intentarlo y lo hizo con toda su fuerza, y lo consiguió.

Se da, además, la triste circunstancia de que he vivido de cerca una situación de malos tratos. Estos no fueron físicos. Lo pudieron llegar a ser, pero Ella fue valiente y se retiró a tiempo.
Y yo, que sólo sé de todo esto por lo que Ella me contó, sé que lo más difícil es sentir que una mujer con estudios, inteligente y con una vida independiente, se vio tan atada que no era capaz de salir. Lo más difícil es que muchas mujeres con vidas que son maravillosas, no lo saben porque tienen a un monstruo al lado que juega con su sentimiento de culpa para que no le abandonen, para que sigan sumisas...

Pero, definitivamente, lo que me ha hecho escribir este post es una mujer que ha comentado que no debemos ser pasivos, que debemos ser beligerantes, que el silencio es lo que les alimenta y les da alas para seguir.
Y me he acordado de una gran cita:
“Todo lo que es necesario para el triunfo del mal es que los hombres de bien no hagan nada.” Edmund Burke

De modo que he decidido poner mi granito de arena.

4 comentarios:

Eva dijo...

Yo conozco el cuento de otra manera. Es una historia indú que habla de un elefante al que ataron una cadena a una de sus patas para impedir que escapara. Tras intentarlo varias veces, acabó desistiendo. Posteriormente retiraron la cadena, pero a pesar de verse libre, ya no intentó escapar. Se había convertido en prisionero de sus miedos. Es algo diferente pero creo que se adapta bien al tema porque muestra otra variante del problema.

Estoy de acuerdo con que el silencio nos hace cómplices.

Isabel dijo...

Gracias por tu mención,amiga,pero si en algo valoro tu entrada es por el hecho de que motiva a la acción personal,a no esperar que los demás nos inciten.
Debemos actuar cada cual bajo nuestra propia conciencia y, a ser posible, no dejar que se relaje demasiado con respecto a tantos asuntos intolerables.
El silencio acaba por matarnos a todos,amiga.
Un fuerte abrazo y mi cariño.

Anónimo dijo...

Eva: Tienes razón, pero yo no lo conocía como un cuento, sino como un comportamiento animal estudiado. Deberíamos aprender de los animales para no cometer los mismos errores... por que es cierto que nosotros también reaccionamos así ante el miedo (no dejamos de ser animales), pero deberíamos aprender formas de superarlo. ¡Lo deberían enseñar en el cole!
Gracias por tus palabras.

Isabel: Mi mención era de reconocimiento a quien inspiró mis palabras más que una excusa para actuar. En cualquier caso, estoy de acuerdo contigo: el silencio nos mata.
¡Un abrazo a ambas!

Isabel dijo...

Sísifo,siempre es buen momento para desear lo mejor y que la vida se llene de cosas que nos hagan ser mejores personas y más satisfechas.Pues eso es lo que yo deseo para ti,si de paso lo compartes con personas que quieres mucho mejor.
Te dejo mi abrazo y mi cariño.Disfruta siempre que puedas,amiga.
¡Felices fiestas!