A ti, que estás tan sola:
No nos duele la vida: nos duele la memoria. Nos duele acordarnos sólo de aquello de lo que queremos “dolernos”... Así, cuando estamos deprimidos, sólo pensamos en lo mala que es nuestra vida y lo mal que nos trata el destino... y todos sabemos que el destino puede ser muy cruel en ocasiones.
Ayer lo decía Delirics en su concierto, recordando una historia que había leído. Decía que tenemos el poder de elegir. Que somos libres en tanto podemos elegir, porque hay mucha gente en el mundo que no puede hacerlo. Lo que liga con otra cosa que dijo y me gustó: a menudo pienso más en la muerte que en el amor... Otra disyuntiva que responde a lo mismo: podemos elegir.
Así, debemos pensar que no nos duele la vida, sino la memoria, nuestra memoria, que nos evoca lo que ella quiere y no lo que nosotros necesitamos para seguir viviendo.
No nos duele la vida: nos duele la memoria. Nos duele acordarnos sólo de aquello de lo que queremos “dolernos”... Así, cuando estamos deprimidos, sólo pensamos en lo mala que es nuestra vida y lo mal que nos trata el destino... y todos sabemos que el destino puede ser muy cruel en ocasiones.
Ayer lo decía Delirics en su concierto, recordando una historia que había leído. Decía que tenemos el poder de elegir. Que somos libres en tanto podemos elegir, porque hay mucha gente en el mundo que no puede hacerlo. Lo que liga con otra cosa que dijo y me gustó: a menudo pienso más en la muerte que en el amor... Otra disyuntiva que responde a lo mismo: podemos elegir.
Así, debemos pensar que no nos duele la vida, sino la memoria, nuestra memoria, que nos evoca lo que ella quiere y no lo que nosotros necesitamos para seguir viviendo.
Eso es lo que debemos recordar cuando nos sentimos abatidos: que nuestra libertad es un camino y un trabajo. Y que tenemos la responsabilidad de andar ese camino y abordar ese trabajo. Porque la vida es lo mejor y lo peor que tenemos. El blanco y el negro. Pero en definitiva, la vida, también es lo único que tenemos.
No nos perdamos por la penalidad de la empresa, y miremos más las flores que crecen al borde del camino. Quizá nos recuerden que nunca estamos solos, que nunca andamos solos.
4 comentarios:
Más o menos como decía Groucho: no pienso volver a entrar a un blog donde acepten mis citas... ja ja! Y puestos a elegir, ahora elijo hablar de amor, más que de muerte, y me voy a dedicar a observar las flores del camino, que por suerte son numerosas y preciosas... También va por ti! Un beso grande.
Qué reconfortante es que nos recuerden esto que dices de vez en cuando; sobre todo por la facilidad que tenemos para olvidarlo,amiga.
Deberíamos pararnos para "sembrar flores" a menudo,y especialmente para disfrutarlas...
Gracias por la "sugerencia",creo que siempre llega en buen momento. :-)
Besos,amiga, y buen verano.
Bueno Sparrow, a partir de ahora haré como si tus citas fueran mías, así no tendrás que dejar de visitarme!! jajajaja
Isabel: cuánta razón tienes en que a menudo olvidamos lo importante.
A los dos, gracias por estar ahí y por dejarme vuestros comentarios.
Un abrazo, sis.
y cuánta razón tienes, Sísifo. En un día como hoy, unos cuantos después del primero del resto de nuestra vida, pensar en las flores que nos acompañan es la única receta para elegir continuar con nuestro camino.
Iseo
Publicar un comentario