Siempre he tenido a Oscar Wilde por un tipo interesante. A pesar de que prácticamente no le he leído.
Me lo imagino como un tipo muy cínico e irónico, con una extraña visión de la vida. Tuvo que ser un tipo curioso para su época, cuando sigue siendo un tipo curioso para la nuestra.
No sé si me hubiera gustado conocerle, porque a menudo este tipo de genios, si encima son irónicos, no suelen ser de buen tratar. Pero tengo que encontrar el buen momento para adentrarme en su literatura. El caso es que cuando lo haga sé que querré leer varias obras, y estoy buscando el momento vital para disfrutarlas todo lo que pueda.
El caso es que, esperando dicho momento vital, me encontré ayer con la película que sobre su obra han hecho: El retrato de Dorian Gray.
Una gran película, sobretodo porque el guión (como no podía ser menos) era excelente. Con esas frases reconocibles del escritor (que son conocidas, aunque no todos sepan que son suyas), y con un espíritu que me recuerda por qué me gustaría leerle.
Lo único que me molestó es que quizá con el suspense y “los sustos” se han pasado un poco; sobretodo para alguien como yo que odio que me asusten y que voy al cine a pasar un buen rato, y no a sufrir...
En cualquier caso, me parece una película muy recomendable que, por una vez, rompe la costumbre y me llevará en un plazo no muy lejano a leer un libro después de haberlo visto en cine.
Me lo imagino como un tipo muy cínico e irónico, con una extraña visión de la vida. Tuvo que ser un tipo curioso para su época, cuando sigue siendo un tipo curioso para la nuestra.
No sé si me hubiera gustado conocerle, porque a menudo este tipo de genios, si encima son irónicos, no suelen ser de buen tratar. Pero tengo que encontrar el buen momento para adentrarme en su literatura. El caso es que cuando lo haga sé que querré leer varias obras, y estoy buscando el momento vital para disfrutarlas todo lo que pueda.
El caso es que, esperando dicho momento vital, me encontré ayer con la película que sobre su obra han hecho: El retrato de Dorian Gray.
Una gran película, sobretodo porque el guión (como no podía ser menos) era excelente. Con esas frases reconocibles del escritor (que son conocidas, aunque no todos sepan que son suyas), y con un espíritu que me recuerda por qué me gustaría leerle.
Lo único que me molestó es que quizá con el suspense y “los sustos” se han pasado un poco; sobretodo para alguien como yo que odio que me asusten y que voy al cine a pasar un buen rato, y no a sufrir...
En cualquier caso, me parece una película muy recomendable que, por una vez, rompe la costumbre y me llevará en un plazo no muy lejano a leer un libro después de haberlo visto en cine.
3 comentarios:
Te recomiendo la crítica que hacen en El País, no la ponen muy bien, pero te puede servir para "contrastar". No he visto la peli.... De momento me quedo con las ganas. Besazos.
Ah, deja todo lo que estés leyendo y lánzate a Wilde, no esperes al momento vital, Wilde vale en cualquier momento, :)
Si... es cierto que la crítica de El País no la deja nada bien! Y tienen razón: la adaptación de “La importancia de llamarse Ernesto” era realmente buena. (http://www.elpais.com/articulo/cine/placer/abismo/elpepuculcin/20100611elpepicin_13/Tes)
Sin embargo, creo que el director en esta obra (al contrario de la anterior) no ha querido ser fiel al texto original, sino más bien crear un pasatiempo.
A mí me ha gustado. ¡Señal de que entiendo lo suficientemente poco del cine como para poder seguir disfrutandolo sin demasiado criterio!!
Me ha gustado volver a verte por aquí, Afri. ¡Vuelve cuando quieras!!
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