Acabo de volver a ver Los amigos de Peter. Es tal como la recordaba… exceptuando que no me acordaba del Sr. Laurie en esta película, con esa cara que tenía de triste, antes de hacer House… es curioso cómo ha cambiado a lo largo de los años, ha pasado de ser un excelente secundario soso a un estupendo y atractivo médico cínico.
La cuestión es que estoy estos días bastante triste. Lo suficiente, al parecer, como para engancharme a Peter y sus amigos ya que la daban en la TV.
Es una película que nunca decepciona. Incluso tantos años después. Es de aquellas que te hacen sentir nostalgia de cosas que no has tenido nunca. Por ejemplo, de esa reunión de amigos en la que acaban todos contentos a pesar de todas las decepciones de la vida, los sufrimientos, las enfermedades… estas cosas sí las tenemos. Lo que no sé si tendremos es la oportunidad de reunirnos así con los mejores amigos, en una casa, salón, bar o lo que sea, rememorando aquellos años desde los que han pasado tantos que uno ya no lleva ni la cuenta.
Antes pensaba que eso pasa a los cuarenta… ahora que se acercan pienso que quizá haya que esperar a los 50 para darse cuenta de todas las cosas buenas de la vida. De momento no las veo todas, sólo algunas pocas. Espero que con el tiempo pueda también reunirme con mis amigos para rememorar cosas bonitas y sentir que algo nos une a la vida; aunque sólo seamos nosotros mismos.
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