Explorando el camino de la meditación con una escuela budista, un día nos hablaron de los mandalas. Concretamente, de los mandalas de arena que realizan los monjes budistas del Tíbet. Para mejor explicación de lo que son y representan podéis ver este vídeo que lo ilustra mejor de lo que podría hacerlo yo.
Ellos se entrenan en el desapego y el dejar ir. Conceptos
muy difíciles para los occidentales, que vivimos en una sociedad capitalista
basada en el consumo y la posesión.
Hablando de esto con una amiga, caí en la cuenta de que
nuestra versión de los mandalas, la versión que podría representar a nuestra
sociedad, son esos puzles que se construyen para encolarlos y ponerlos en un
marco…
¡No puede haber visión más diferente! Unos, construyen arte
con la misión final de dejar ir su construcción. Y los otros, seguramente no los
construirían si supieran que al acabar serán delicadamente destruidos…
Estoy en el camino de intentar entender:
“Cuando
dejo ir lo que soy, me convierto en lo que podría ser. Cuando dejo ir lo que
tengo, recibo lo que necesito.
Lao-Tse