Hace días que me da vueltas por la cabeza el hecho del perdón. Me da la sensación de que el perdón, la compasión (bienentendida como la "pasión con el otro"), el ser bueno... son todos sentimientos que, por su unión durante siglos a la iglesia, están de capa caída. No digo que queramos ser malos, ni que no los usemos... sólo que a menudo me parece que se usan "disimulando" para que no puedan decir de uno que es "buena persona"... ¡con la mala prensa que tiene eso en un mundo capitalista en el que el egoista y el triunfador comparten tantas cosas!
La cuestión es que iba yo dándole vueltas a eso y, en las páginas de un libro, me encontré con este fragmento de la Biblia que me hizo pensar. Como seguro que tendrá a sus espaldas mil reflexiones, estudios y pensamientos, yo sólo os lo transmito, para que penséis cada uno lo que queráis.
“Un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa.
Entonces una mujer pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de perfume. Y colocándose detrás de él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume.
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado pensó: "Si este hombre fuera profeta, sabría quién es la mujer que lo toca y lo que ella es: ¡una pecadora!"
Pero Jesús le dijo: "Simón, tengo algo que decirte". "Di, Maestro", respondió él.
"Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios, el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, perdonó a ambos la deuda. ¿Cuál de los dos lo amará más?"
Simón contestó: "Pienso que aquel a quien perdonó más". Jesús le dijo: "Has juzgado bien".
Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: "¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no derramaste agua sobre mis pies; en cambio, ella los bañó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entré, no cesó de besar mis pies.
Tú no ungiste mi cabeza; ella derramó perfume sobre mis pies. Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha demostrado mucho amor. Pero aquel a quien se le perdona poco, demuestra poco amor".
“Un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa.
Entonces una mujer pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de perfume. Y colocándose detrás de él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume.
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado pensó: "Si este hombre fuera profeta, sabría quién es la mujer que lo toca y lo que ella es: ¡una pecadora!"
Pero Jesús le dijo: "Simón, tengo algo que decirte". "Di, Maestro", respondió él.
"Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios, el otro cincuenta. Como no tenían con qué pagar, perdonó a ambos la deuda. ¿Cuál de los dos lo amará más?"
Simón contestó: "Pienso que aquel a quien perdonó más". Jesús le dijo: "Has juzgado bien".
Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: "¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no derramaste agua sobre mis pies; en cambio, ella los bañó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos. Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entré, no cesó de besar mis pies.
Tú no ungiste mi cabeza; ella derramó perfume sobre mis pies. Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha demostrado mucho amor. Pero aquel a quien se le perdona poco, demuestra poco amor".
Lucas 7, 37-47
6 comentarios:
De esta historia a que a los pederastas con sotana les perdonen sus pecados con rezar tres padrenuestros, hay sólo un paso.
La iglesia siempre ha utilizado a placer el perdón y el pecado como si fuera el debe y el haber. Moneda de cambio. La vida no es así. No existe una lógica. Puedes ser un cabrón toda tu vida y morir de viejo, o morir a los 9 años de cáncer sin haber roto un plato jamás.
Es que el bien o el mal se calibran en función de la moral con la que se miren.
En ciertas sociedades (ya extintas) sacrificar a un ser humano para agradar a los dioses era algo bueno. Y no penséis que hay una doble moral en ello, no, era de verdad algo bueno.
Es para pensar...
Jo! Cómo sóis! Yo lo planteaba por la necesidad de ver a las personas de otro modo, y querer creer que no todo el mundo es tan malo, y que a menudo estaría bien que nos perdonaran si realmente fuera porque nos dimos cuenta de que obramos mal y que no fue para dañar a nadie... Al fin y al cabo, la pobre "lo único" que hizo fue faltar a la moral de los cristianos, porque era una meretriz... A cuántos no les habrá pasado lo mismo...
Precisamente, lo que yo veía malo en el texto (y que hizo que casi no lo subiera) es que la iglesia predica con el perdón y todo eso, pero después ni seguiría los mandatos de sus propios evangelios... Me hizo reflexionar lo poco tolerantes que sómos, no sólo con los demás sino (y sobretodo) con nosotros mismos...
Meretriz es un eufemismo de puta, no? je je (Del lat. prostitūtus) Perdón por lo de eufemismo, ya me dicen que tengo que mejorar mi vocabulario.
Pues eso, que lo de la tolerancia basta verlo conduciendo. Tolerancia cero. La definición de "instante" es el tiempo que pasa entre que se pone el semáforo verde y te pita el de atrás.
Y es que hoy en día lo que no esté tipificado en las leyes no es ni una falta leve. Aquello de la ética está olvidado y enterrado bajo el peso del dinero.
Será que me mi reflexión se queda en la superficie, pero yo el mensaje de los Evangelios siempre lo he visto muy positivo, una llamada al amor, a la comprensión, al arrepentimiento sincero y al perdón. Lo que ocurre es que tal doctrina es muy difícil de llevar a la práctica. Nuestro ritmo de vida es tan trepidante, las injusticias y el daño que sufrimos ( y que causamos no nos vamos a engañar) parece no dejarnos oportunidad de ejercitar ese vicio sano que es perdonar.
Saludos.
Eva: No sé si tu reflexión se queda en la superficie. Lo que tengo claro es que si todos pensáramos así el mundo funcionaría de otro modo.
Un beso.
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