Acontecimientos recientes de mi vida me llevan a reflexionar sobre qué supone madurar. Y me doy cuenta de que, en realidad, no es más (ni menos) que aceptar que no somos una bola cualquiera de billar que va girando a causa de la interacción con otras, sino que nuestro papel en la vida lo deberíamos ver como el de la bola blanca que, a pesar de que siempre puede desviarse en contacto con otras, es la que toma una determinación, la que va en una dirección concreta, la que asume su propio juego y busca qué camino seguir para llegar a las metas que se propone.
Tenemos tendencia a pensar que la vida nos lleva por caminos que no hemos elegido, y ello (o la creencia en el destino, o en un ser superior que nos rige, o cualquier teoría similar) hace que nos desliguemos de nuestra responsabilidad sobre nuestro presente y nuestro futuro.
Se suele pensar que el futuro no existe, que el tiempo es relativo, y que de lo que pase mañana no tenemos ni conocimiento ni control. Pero nos equivocamos: nuestro futuro es hoy. Mañana pensaremos en hoy y haremos el balance de si pudimos hacer las cosas de otro modo, si pudimos tomar otras determinaciones o si, por el contrario, escogimos bien nuestro camino para llegar a donde mañana queríamos llegar (independientemente del resultado que la interacción pueda llegar a provocarnos).
6 comentarios:
Buen post... da que pensar, no? (Con lo que me cuesta pensar últimamente...) ¿es por eso que das empujones?
¡Esa es mi intención! ¡Empujones espirituales!! jajajaja
¡Es bueno desperezarse de vez en cuando para seguir avanzando!
El mañana es el recuerdo del hoy. Si nos paramos pensando en lo que sucederá, se nos escapa lo verdaderamente importante y que es lo único que en verdad tenemos.
Somos prisioneros del pasado, lleno de errores, de añoranzas o de "por qué no hice"; del futuro, que nos engaña ilusionándonos con el "qué será". Y mientras tanto, como agua entre los dedos, se nos va lo único que tenemos y que es consecuencia del ayer y del mañana. Olvidamos que no sabemos cuánto mañana tenemos.
Cuánta razón llevas...
Quiero pensar que "hoy" es el concepto que menos nos dura y más consecuencias tiene...
Con seguridad "hoy" es una firme actitud ante la vida,una manera de ser más responsables de lo que tenemos entre las manos.
Como de costumbre tus palabras nunca dejan indiferentes,amiga.
Un besazo.
Chesana: Cuánta razón tienes con lo del agua entre los dedos. No debemos olvidar que el mañana es incierto. Gracias por pasarte y por tus palabras.
Isabel: Un placer mutuo, ya sabes. Tus mutuas palabras tampoco me dejan impasible! Un abrazo.
He leído tus últimas entradas: ¿qué te habrá pasado para sentirte con tanta incertidumbre? Suerte, es lo ùnico que podemos desear con fuerza.
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