26 junio 2010

puertas

Hay gente a la que no le gustan las puertas. Seguro que el feng shui (tan de moda) también dice cosas negativas de ellas.
En cambio, a mí me gustan. Son las puertas las que permiten que se pueda cruzar a otro lado. Son las que permiten que haya lados a los que cruzar. Permiten estancias diferentes en zonas similares. Permiten que no todo sean loft.
Hace unos años me parecía que un loft era lo mejor: una estancia única, con todo abierto y sin limitación. Supongo que seguiría gustándome la idea si pudiera permitirme un loft tipo planta de una fábrica, como en Flashdance. Pero contando que vivo en un piso de 60 metros, tengo que aceptar que me gusta que tenga paredes. Y, sobretodo, puertas.
Dejo las puertas abiertas. Siempre. Excepto la del dormitorio (permite que mi gato me deje dormir). Supongo que si no tuviera puertas no cambiaría nada. Pero me gusta que estén ahí, dando la posibilidad de cerrarlas cuando uno quiera. Aunque no lo haga.

2 comentarios:

Sparrow dijo...

Cuando tenemos la posibilidad de elegir nos sentimos más libres. Si no hay puerta, no puedes escoger cerrarla.

Anónimo dijo...

Si. Eso también es cierto. Hay muchas puertas que deberíamos elegir cerrar... bueno, cuando llegue su momento.
Besos.