Hoy es el último día de mis vacaciones, el último de un mes intenso:
Me ha permitido viajar y ver parte de Castilla, de la que destaco Salamanca como una de las ciudades que más me han gustado de todas las que he visto.
Aunque Verona sigue siendo la primera del ránking, Salamanca ofrece ese ambiente de Universidad y sabiduría, de aulas antiguas y conocimientos nuevos que hacen de ella una ciudad realmente especial.
También he aprovechado para leer, varios libros que tenía empezados, otros que tenía proyecto, y alguno que ha aparecido de pronto en mis manos. ¡Qué bien se lee cuando no se tiene prisa por hacer otras cosas!
Y, por último, este mes me ha servido para aprender un par de cosas sobre mí misma. No sé si uno es consciente siempre de aquellas vivencias que le ayudan a crecer, a prosperar y acercarse más al ideal personal. Pero sí soy consciente de que estos días he crecido; y vuelvo de mis vacaciones renovada y con menos peso en esa carga que todos llevamos de pasado no resuelto.
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