Por cuestiones del azar y la tecnología, estos días he entrado en contacto con gente de mi pasado. Algunos de los que guardaba una buena impresión y otros no tanto. Así, sin más, recuperé de ellos no sólo quienes eran para mí entonces, sino cómo yo pensaba que eran.
No se ha dado el caso de que hablara con ninguno para confirmar o negarlo, pero aun así me ha hecho reflexionar; porque aceptar que aún fuera vigente lo que recuerdo de ellos: ¿supondría automáticamente asumir que no han cambiado, que siguen siendo las mismas personas que conocí?
He escuchado algo sobre que las cicatrices nos enseñan cómo fue el pasado, pero que no enseñan nada de cómo será el futuro. Lo que sí parece claro es que el futuro es diferente, nos hace diferentes... y el pasado nos trae imágenes de personas que ya no somos...
Quizá también nosotros podríamos sostener lo que Carroll hace decir a su personaje:
“Podría contarles mis aventuras, pero son las que empezaron esta mañana -dijo Alicia con cierta timidez-; no serviría de nada retroceder hasta ayer, porque ayer yo era una persona diferente.
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