Ando
deambulando alrededor del tablado
fúnebre, en el silencio de la sala, con la cabeza caída, pero por más vueltas
que le doy no puedo encontrar a la muerte en el cadáver de la abuela. Años más
tarde aprenderé que un cuerpo vacío de vida no es la muerte. Un cuerpo vacío de
vida es nada más que un cuerpo vacío de vida. Sabré que la muerte está en la
vida, como fin anunciado de la gente que uno quiere y las experiencias que lo
hacen a uno feliz: que asoma, como la transpiración, por los poros. Que un cadáver es el único cuerpo donde la
muerte no está.
3 comentarios:
Ufff me ha encantado!!!
¿qué tal está el libro?
Saludos!
Es fantástico! El primer capítulo me costó porque no acababa de entender hacia dónde iba, pero a partir de ahí te sitúas y es realmente bueno.
Un saludo!
Ok, sísifo, lo tendré en cuenta entonces. Gracias!!
;)
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