Hoy he hablado con alguien a quien quise mucho una vez. Creo que él tiene un recuerdo de mí mejor que el que yo tengo de todo lo que ocurrió. De modo que, cuando hablamos, siempre me pongo triste. Eso hace que me ponga a la defensiva y siempre lo acaba pagando él. Es una lástima que el amor se pueda acabar convirtiendo en una especie de tira y afloja en el que siempre pierde más el que más siente.
No sé por qué la vida tiene que ser tan complicada. Nos hace pensar que podemos llegar lejos (sobretodo cuando amamos), pero no siempre es así. A menudo decepciona.En relación a eso, una cita de un libro que me ha encantado. Un libro que refleja la vida en su cotidianeidad pero también con una bonita manera de poner el foco e iluminar aquellas cosas que no por ser cotidianas pierden la belleza. Un libro que nos recuerda que la vida puede ser absurda, pero también puede valer la pena vivirla.
"La gente cree ansiar y perseguir estrellas, pero termina como peces de colores en una pecera. Me pregunto si no sería más sencillo enseñarles a los niños desde el principio que la vida es absurda. Ello le robaría algunos buenos momentos a la infancia, pero permitiría que el adulto ganara un tiempo considerable (por no hablar de que uno se ahorraría al menos un trauma: el de la pecera).
Muriel Barbery. La elegancia del erizo.
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