27 noviembre 2010

si no tienes a un dios

Ya no sé qué inventar....

Si no tienes a un dios al que pedir misericordia.
Si no hay un altar al que volver los ojos
y suplicar clemencia.
Si no hay un juez supremo
al que hacer responsable
de toda la maldad e injusticia del mundo.
Si no tienes un lugar
al que mirar con ansiedad y angustia
para encontrar consuelo.
¿A quién hacer culpable
de tanto y tanto sufrimiento?
¿Es que sólo el azar,
solamente el azar, es la causa
de tanto inútil dolor, tanto tormento,
enfermedad, adversidad,
la miseria, la muerte,
el odio, la pobreza...?
¿Y si tampoco existiera el azar?
¿Qué inventaríamos para explicar
tanto desasosiego?

Si no tienes a un dios
En: Daños colaterales. José Infante.

13 noviembre 2010

¿cómo te entiendes con los demás?

Esto del idioma, que cada día más está a debate, yo cada día lo entiendo menos.
Un idioma debería servir para dos cosas: una, para comunicarse. Otra, para expresarse.
De modo que, si hablamos varios con lenguas diferentes pero que todos entendemos… ¿por qué tenemos que pelearnos por decidir en qué lengua hablar? ¿No debería bastar con que cada uno se exprese en la lengua que mejor se le dé, que más le guste o, sencillamente, en la que prefiera hablar en ese momento?
Eso sí sería bilingüismo. Y no esa extraña imposición que están fabricando algunos políticos, diciendo que la lengua es lo que nos distingue… Bajo mi punto de vista, no nos distinguimos por la lengua que usamos, sino por aquello que pensamos y que expresamos con cualquiera de las lenguas que podamos hablar.
Separar a las personas por ese motivo me resulta tan indigno como cualquier otro modo de discriminación... se diga en el idioma que se diga.

26 octubre 2010

ansiedad

Leía en un artículo que “en 1993 casi la mitad de todas las consultas a psiquiatras americanos lo eran por trastorno de ánimo. Y no sólo eso: con ayuda de los medios de comunicación, el Prozac se extendió entre el público como una panacea capaz de arreglar los problemas de la vida, incluso sin estar enfermo. Aquí se centraba parte fundamental del mercado de la Fluoxetina: con la promesa de una personalidad sin problemas y con menos peso, el nuevo psicofármaco despegó más rápido que ningún otro en la historia. En 1994 era el segundo fármaco más vendido en todo el mundo, después del Zantac, un producto para la úlcera de estómago” (González, 2001).

Es alucinante darse cuenta de cómo tener una depresión ha pasado a ser algo de común distribución. Vivimos con ello como si fuera algo normal; aunque, si nos lo miráramos con más detenimiento, nos preguntaríamos: ¿qué nos está pasando?

En pocos días, tres personas de mi entorno han sufrido crisis de ansiedad. Y yo lucho por no ser la cuarta... Lo que me hace pensar que estamos perdiendo el norte. Si estamos tan nerviosos que ni siquiera somos capaces de saber qué nos ocurre, y vamos empeorando hasta que ya no hay solución, ¿no se nos ocurre parar y pensar qué es lo que falla?

Dicen que la palabra crisis, para los japoneses está compuesta por dos términos: peligro y oportunidad. Nosotros deberíamos evocar eso mismo al escuchar ciertas palabras como depresión o ansiedad. Son dos de los grandes males del siglo XXI. Y creo que en parte es porque estamos dejando de vivir, dejando de disfrutar la vida, permanentemente pendientes de los problemas económicos, laborales, etc.
Pero también porque el mundo capitalista nos ha contado que la vida debe ser fácil, que las preocupaciones no deberían existir (y que si aún así existen... ¡ya hay fármacos que arreglen eso!).
Nos quejamos de que los adolescentes de ahora no tienen valores, ni motivos para hacer las revoluciones de antaño, pero ¿qué pensarían de nosotros aquellos que pasaron guerras o revoluciones? Pensarían que la humanidad (al menos la que nosotros representamos, la del “primer mundo”) se está volviendo frágil, que no aguanta los vaivenes de la vida... y puede que tuvieran razón...


Imagen: Ansiedad. Edvard Munch (1894)
Texto: Concepto actual de locura y las nuevas formas de tratamiento. Enrique González Duro (2001). (Se puede encontrar en:
http://lafelicidadradicaantetodoenlasalud.blogspot.com/2007/08/concepto-actual-de-locura-y-las-nuevas.html)

24 octubre 2010

¿a qué huelen las cosas?

He descubierto que tengo pésimo sentido del olfato. Es más, creo que en general nuestra sociedad está dejando que ese sentido se atrofie cada día más.
Todo empezó con un mini-curso de cata de vinos. ¿A qué huele un vino? Pues parece ser que a un montón de cosas que yo me estoy perdiendo.
Pero si seguimos más allá... a qué huele la mermelada de fresa, o la mantequilla, o las judías verdes... así hasta 8 recipientes en los que nos dieron a oler 8 cosas cotidianas, que en cuanto uno las ve las reconoce a la primera, pero que entre 17 personas no fuimos capaces de acertar...
Si no somos capaces de reconocer los olores más cotidianos, ¿cómo íbamos a ser capaces de reconocer esos olores en cantidades mucho más pequeñas dentro de una copa de vino?
Me propuse detenerme un poco en las cosas cotidianas y ser capaz de dedicarle unos instantes al olor que tienen. De momento he sido incapaz: han pasado dos semanas desde que lo pensé y no ha habido manera... vivimos demasiado rápido.
Pero ahí está: el propósito que espero cumplir en algún momento: detenerme un poco más con las cosas porque, seguramente, el olor es sólo una parte de lo que me estoy perdiendo de la vida.

03 septiembre 2010

mi patria y mi memoria

“Entonces volví a sentirme así, como blandito y desarmado por dentro, y la rodeé con los brazos besándola lo más suavemente que pude, porque temía hacerle daño.

“Parecía tan pequeña y frágil, y seguía oliendo como un crío recién despierto en la cama. Ya he dicho que no soy un tío muy instruido ni sé mucho de sentimientos; pero comprendí que ese olor, o su recuerdo recobrado, era mi patria y mi memoria. El único lugar del mundo al que yo deseaba volver y quedarme para siempre.

Son fragmentos de Un asunto de honor, de Arturo Pérez-Reverte, historia que fue punto de partida para la película Cachito (que por cierto no he visto).
Es la historia de amor más bonita y breve que he leído nunca. Consigue dibujar dos personajes a través de sus pensamientos y relata el amor que aparece entre ellos de una forma muy bella. Aunque lo combine con la historia más rocambolesca que recuerdo.

Me ha hecho sentir envidia de algo que no ocurre (la literatura nunca ocurre en realidad). Supongo que todo lo que se escribe resulta fácil e idílico; y la vida después es otra cosa. Pero realmente me gustaría sentirme querida como Reverte describe en esos párrafos.

01 septiembre 2010

añoranza

No me gustan los aniversarios. Cuando menos los que rememoran cosas malas.
De todos modos, hay cosas que ocurren cada día, que se recuerdan cada día para los que no es necesario una fecha clave para recordar: todas lo son.
Echar de menos a alguien que no puede volver es un trabajo tan infructuoso como desgarrador.
Espero que algún día podamos recordarte sin dolor. Sólo con añoranza. De momento, me duele cada día que pasa.

29 agosto 2010

vuelta a la realidad

Hoy es el último día de mis vacaciones, el último de un mes intenso:
Me ha permitido viajar y ver parte de Castilla, de la que destaco Salamanca como una de las ciudades que más me han gustado de todas las que he visto.
Aunque Verona sigue siendo la primera del ránking, Salamanca ofrece ese ambiente de Universidad y sabiduría, de aulas antiguas y conocimientos nuevos que hacen de ella una ciudad realmente especial.
También he aprovechado para leer, varios libros que tenía empezados, otros que tenía proyecto, y alguno que ha aparecido de pronto en mis manos. ¡Qué bien se lee cuando no se tiene prisa por hacer otras cosas!
Y, por último, este mes me ha servido para aprender un par de cosas sobre mí misma. No sé si uno es consciente siempre de aquellas vivencias que le ayudan a crecer, a prosperar y acercarse más al ideal personal. Pero sí soy consciente de que estos días he crecido; y vuelvo de mis vacaciones renovada y con menos peso en esa carga que todos llevamos de pasado no resuelto.

20 agosto 2010

ayer era una persona diferente

Por cuestiones del azar y la tecnología, estos días he entrado en contacto con gente de mi pasado. Algunos de los que guardaba una buena impresión y otros no tanto. Así, sin más, recuperé de ellos no sólo quienes eran para mí entonces, sino cómo yo pensaba que eran.
No se ha dado el caso de que hablara con ninguno para confirmar o negarlo, pero aun así me ha hecho reflexionar; porque aceptar que aún fuera vigente lo que recuerdo de ellos: ¿supondría automáticamente asumir que no han cambiado, que siguen siendo las mismas personas que conocí?
He escuchado algo sobre que las cicatrices nos enseñan cómo fue el pasado, pero que no enseñan nada de cómo será el futuro. Lo que sí parece claro es que el futuro es diferente, nos hace diferentes... y el pasado nos trae imágenes de personas que ya no somos...
Quizá también nosotros podríamos sostener lo que Carroll hace decir a su personaje:
“Podría contarles mis aventuras, pero son las que empezaron esta mañana -dijo Alicia con cierta timidez-; no serviría de nada retroceder hasta ayer, porque ayer yo era una persona diferente.

31 julio 2010

felices por turnos

La lectura de Sobrevivir a un gran amor, seis veces, me ha dejado más claro (si no lo tenía ya) las grandes diferencias entre el funcionamiento mental de hombres y mujeres.
Tengo que decir que su lectura, además de fácil y amena, es muy divertida e incluso instructiva. Si bien no nos deja precisamente como buena gente (a las mujeres), no puedo negar que estoy de acuerdo con la mayoría de cosas que piensa sobre lo que pensamos (valga la redundancia).

Y, aunque parece que él acabó harto de matrimonio, no le deben gustar poco las mujeres si se casó con 6. Lo que demuestra que es cierto aquello de que no podemos vivir con ellos/as ni sin ellos/as.

Creo que en el fondo leemos (escuchamos, etc.) a los demás para encontrar en ellos algo de nosotros, por lo que si difiere en exceso nos aburre. Así que no es fácil encontrar un libro de memorias en el que uno pueda perderse sin agobiarse de la vida del otro.
He valorado varios fragmentos para ilustrar lo que más me ha gustado de esta obra, pero finalmente me he decidido por éste. Espero que os pueda también motivar a que lo leáis. A mí me ha hecho pensar, porque el dolor tuvo en mi un efecto contrario, pero esta lectura me acerca más al alma humana.

El dolor me humanizó. Yo iba de guay: listo, profe, guapo, cosmopolita, hippie. Pasaba entre la gente como un actor en su papel, quería de ellos la distracción y el aplauso, los veía de lejos porque no me fijaba en casi nadie. Que te dejen, te desprecien y te humillen te obliga a despertar, a caer de la nube, a pensar que eres uno más en esta obra coral que es la vida, todos guays un rato, patéticos otro rato, felices por turnos según de dónde sople el viento.

Luis Racionero (2009). Sobrevivir a un gran amor, seis veces. Memorias. Barcelona: RBA.

28 julio 2010

peces en la pecera

Hoy he hablado con alguien a quien quise mucho una vez. Creo que él tiene un recuerdo de mí mejor que el que yo tengo de todo lo que ocurrió. De modo que, cuando hablamos, siempre me pongo triste. Eso hace que me ponga a la defensiva y siempre lo acaba pagando él. Es una lástima que el amor se pueda acabar convirtiendo en una especie de tira y afloja en el que siempre pierde más el que más siente.
No sé por qué la vida tiene que ser tan complicada. Nos hace pensar que podemos llegar lejos (sobretodo cuando amamos), pero no siempre es así. A menudo decepciona.
En relación a eso, una cita de un libro que me ha encantado. Un libro que refleja la vida en su cotidianeidad pero también con una bonita manera de poner el foco e iluminar aquellas cosas que no por ser cotidianas pierden la belleza. Un libro que nos recuerda que la vida puede ser absurda, pero también puede valer la pena vivirla.

"La gente cree ansiar y perseguir estrellas, pero termina como peces de colores en una pecera. Me pregunto si no sería más sencillo enseñarles a los niños desde el principio que la vida es absurda. Ello le robaría algunos buenos momentos a la infancia, pero permitiría que el adulto ganara un tiempo considerable (por no hablar de que uno se ahorraría al menos un trauma: el de la pecera).
Muriel Barbery. La elegancia del erizo.

07 julio 2010

con-vivir

Hoy, para romper la rutina (y porque formo parte de esa minoría que no corría a casa o al bar a ver el partido contra Alemania) he asistido a una tertulia que hacían en la biblioteca sobre Albert Camus. Concretamente, sobre La caída.
He aprendido mucho. Comparto la opinión de uno de los asistentes, en relación a que es complicado encontrar a gente que lea Camus. No es un autor fácil, a parte de que la filosofía nunca lo es. De hecho, es complicado conocer gente que se interese por la filosofía en cualquiera de sus formas.
El que aportaba este pensamiento es un profesor de filosofía que hizo su tesis sobre Camús y aportaba gran cantidad de datos biográficos e históricos que ayudan mucho a entenderle.
Pero, sobretodo, una idea me ha gustado por encima del resto. Y es la que transmite Camus en La Caída de que la culpa es inherente al género humano, tenemos que vivir con la culpa y a menudo lo que nos diferencia es lo que hagamos con ella. Estando los que la rechazan diciendo que “no va con ellos” o los que la asumen, como Camus, que decide que hay que vivir levantando la piedra por la ladera.
Es una culpa alejada de la religión (Camús era ateo). Una culpa que nos une como humanos y que provoca que nos relacionemos, dado que todos somos culpables, y un modo de vivir con la culpa es compartirla.
Yo no comparto del todo esa idea, pero sí creo que la debilidad del ser humano, sea cual fuere (la culpa, el absurdo de una vida sin sentido, la espera de otra vida) es lo que hace que nos relacionemos. Tanto como el amor, que también es un gran motivo de relación (ya para darlo, ya para recibirlo).
Sin duda, la piedra de toque del ser humano es que debe con-vivir. Está condenado a ello, o a penar si elige no hacerlo.

26 junio 2010

puertas

Hay gente a la que no le gustan las puertas. Seguro que el feng shui (tan de moda) también dice cosas negativas de ellas.
En cambio, a mí me gustan. Son las puertas las que permiten que se pueda cruzar a otro lado. Son las que permiten que haya lados a los que cruzar. Permiten estancias diferentes en zonas similares. Permiten que no todo sean loft.
Hace unos años me parecía que un loft era lo mejor: una estancia única, con todo abierto y sin limitación. Supongo que seguiría gustándome la idea si pudiera permitirme un loft tipo planta de una fábrica, como en Flashdance. Pero contando que vivo en un piso de 60 metros, tengo que aceptar que me gusta que tenga paredes. Y, sobretodo, puertas.
Dejo las puertas abiertas. Siempre. Excepto la del dormitorio (permite que mi gato me deje dormir). Supongo que si no tuviera puertas no cambiaría nada. Pero me gusta que estén ahí, dando la posibilidad de cerrarlas cuando uno quiera. Aunque no lo haga.

17 junio 2010

un curioso retrato

Siempre he tenido a Oscar Wilde por un tipo interesante. A pesar de que prácticamente no le he leído.
Me lo imagino como un tipo muy cínico e irónico, con una extraña visión de la vida. Tuvo que ser un tipo curioso para su época, cuando sigue siendo un tipo curioso para la nuestra.
No sé si me hubiera gustado conocerle, porque a menudo este tipo de genios, si encima son irónicos, no suelen ser de buen tratar. Pero tengo que encontrar el buen momento para adentrarme en su literatura. El caso es que cuando lo haga sé que querré leer varias obras, y estoy buscando el momento vital para disfrutarlas todo lo que pueda.
El caso es que, esperando dicho momento vital, me encontré ayer con la película que sobre su obra han hecho: El retrato de Dorian Gray.
Una gran película, sobretodo porque el guión (como no podía ser menos) era excelente. Con esas frases reconocibles del escritor (que son conocidas, aunque no todos sepan que son suyas), y con un espíritu que me recuerda por qué me gustaría leerle.
Lo único que me molestó es que quizá con el suspense y “los sustos” se han pasado un poco; sobretodo para alguien como yo que odio que me asusten y que voy al cine a pasar un buen rato, y no a sufrir...
En cualquier caso, me parece una película muy recomendable que, por una vez, rompe la costumbre y me llevará en un plazo no muy lejano a leer un libro después de haberlo visto en cine.

24 mayo 2010

que se mueran los feos

La película más divertida que he visto en años.
Tiene tanta frescura, ligada a un humor a veces cínico, que me ha recordado porqué me gusta el cine español de calidad.
Pero además de eso, es una de las historias de amor más bonita que he visto en mucho tiempo. Una historia sencilla, ligada al “Eres tu” de Mocedades que nos recuerda que el amor no debe ser complicado, y que hacer el ridículo por amor es una gran prueba del mismo.

música

Nunca gano nada. Supongo que tampoco juego lo suficiente como para tentar a la suerte a mi favor...
Pero hoy he ganado un par de entradas para ir a ver a la Orquesta de Cámara de Granollers y al Trío Kandinsky.
Y ha sido tremendo.
Las orquestas siempre me recuerdan que el arte no es necesario entenderlo. Igual que yo no entiendo absolutamente nada de música clásica, pero me he quedado absorta durante dos horas. Perdida en la música y como única guía el director de orquesta.
Esa figura cada día me gusta más. Con sus manos y su batuta va dirigiendo y ordenando a todo el ejército de músicos que le siguen sin más.

La música en directo es un espectáculo que no se suele ver (menos la clásica), en mi caso por una cuestión económica. Pero, sin duda, hoy he vuelto a ceder al encanto que transmiten a los legos.

16 mayo 2010

vete más cerca - Go Away Closer

Hace poco, un amigo me enseñaba un libro de fotografías. Yo desconocía su autoría, ni el motivo de la creación del libro. De modo que nos detuvimos en cada página observando cada imagen, casi sin entender nada, dado que, aunque algunas hablaban por sí solas, otras encerraban una realidad de la que éramos conscientes desconocer absolutamente.

Hoy ha caído en mis manos un extenso reportaje sobre la fotógrafa india Dayanita Singh. Y al reconocer alguna de las fotografías, me he parado a leerlo.
Efectivamente: por lo que cuenta hay mucho mundo detrás de cada imagen. Mucho mundo que, a mi parecer, viene algo agraviado en el dicho “una imagen vale más que mil palabras”... Una imagen es muy reveladora, pero como ya intuíamos con aquel libro en la mano, determinadas imágenes también requieren, si no una explicación, como mínimo un contexto.
O quizá es que yo, lega en la materia, no entiendo la poesía que encierra: Con el arte abstracto soy consciente de que el autor quiere que seamos nosotros los que le demos un sentido; con la fotografía, tan real, siempre necesito saber qué era lo que el autor quería decir... pero quizá ambos artes no sean tan dispares, y sea yo la que debe aprender levedad para alejarme de la rigidez de las explicaciones.

Sin embargo, me han sorprendido las últimas palabras de la autora (extracto de una conversación con Jyotindra Jain): “El poema de Michael Ondaatje What we lost resume el archivo que yo he estado intentando crear en los últimos veinte años en unas veinte líneas, así que envidio a los escritores y extraigo mucho de ellos, de la manera en que tratan las cosas y de lo que omiten; e igualmente de la música, de sus silencios tanto como del sonido”

Parece que todos adolecemos ciertas carencias...


Imagen: Dayanita Singh. (2007). Sección: Go Away Closer. New Delhi.

02 mayo 2010

madres

Hoy es un día triste para nosotros. Perdimos a una madre y hoy, como tantos otros días, la lloramos.
Sin embargo, siempre que pienso en ella recuerdo lo que se reía. Seguro que hoy hubiera disfrutado, como lo hacía cualquier otro día. Se comía la vida como si fuera una fruta.
Desde que se fue, sigo intentando aprender a vivir así, disfrutando cada momento porque, como ya es manido y aunque lo digamos mucho nunca lo acabamos de comprender, cualquier momento puede ser el último.
Cualquier momento, incluso uno feliz.
Así que mejor que todos los momentos que podamos sean felices, para que nos puedan recordar con una sonrisa y no con un lamento.
Hoy no estoy muy feliz. Pero sigo intentando vivir la vida. Intento dar lo que puedo a cada segundo, buscando no perder nada y ganar todo lo que la vida pueda dar: Ganar todas las risas que sea posible.
Supongo que, cuando no se puede hacer otra cosa, intentarlo ya es suficiente.

17 abril 2010

puntos suspensivos

Ayer escuchaba en Hoy por hoy (a eso de las 9h) el relato de una hija cuyo padre murió en tiempos del franquismo. En el certificado de defunción indica que “murió a consecuencia de ... y su cadáver habrá de recibir sepultura [...]”. Y ella reivindica que se aclare qué pasó, porque su padre “no murió de puntos suspensivos”.

Después contaba el relato de su muerte, y parece que la cosa estaba clara, y se pone más de relevancia la necesidad de recuperar la memoria histórica.

Sin meterme en tema político (porque no me interesa y porque este foro nunca he querido politizarlo), siempre he pensado que una vez pasado el trauma de lo que ocurrió, y fallecidos casi todos los protagonistas (evitando así represalias varias), deberíamos empezar a saber qué pasó en aquellos días... ¿Por qué hay tanta película, documental, etc. sobre los alemanes (por poner un ejemplo) y tan poca cosa sobre nuestra propia historia?

Ya sabemos aquello que se dice de que “quien no conoce su propia historia está condenado a repetirla”. Espero que eso no ocurra. Pero ciertamente, me dejó impactada que alguien en este país (y estoy segura de que no fue el único) muriera de puntos suspensivos.

14 abril 2010

palabras

Varios nos estamos preguntando estos días qué pasa con el tiempo que pasa tan deprisa...
Por otro lado, andaba escuchando a Paco Ibañez, con sus Palabras para Julia (suyas y de Goytisolo, claro), y me asaltaba una estrofa:

Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.

Quizá es cierto y la vida no es más que un aullido... lamentablemente no la veo de forma tan optimista como Goytisolo, pero bueno, parece que va mejorando con el tiempo. Ya no me siento tan acorralada. Veremos a ver qué nos depara el futuro.

05 abril 2010

sencillez

Hoy hablaba con mi sobrina (3 años). Me preguntaba si me gustan las judías verdes y las patatas. La respuesta era que las judías no, las patatas sí.
Y me ha contestado con esa candidez de la que sólo pueden hacer uso los niños: "¡Pues haz una raya!
¿Y si fuera todo tan sencillo? Tanto como hacer una raya, y dejar fuera todo lo que no te gusta...
Se atribuye a García Márquez el pensamiento “Lo mejor que aprendí a partir de los 40 es a decir que no cuando es que no”.
Así que seguramente aún me quedan unos añitos para ser capaz de hacer la raya.
Será verdad que cuando nos vamos haciendo viejos nos vamos pareciendo más a los niños... al menos en distinguir lo que queremos para nuestra vida y lo que no.

02 abril 2010

feng shui

Hoy he unido las ganas de hacer cambios en mi vida con la ansiedad más absoluta; y como no me podía cortar el pelo porque ya lo hice ayer (un buen cambio de look), no se me ha ocurrido otra cosa que cambiar de sitio todos los muebles del comedor.

Hoy he entendido eso que llaman “Feng Shui”...

Está claro que determinadas combinaciones, aunque prácticas y adaptadas al espacio, no funcionan: un sofá dando la espalda a una mesa se me ha antojado como el colmo del mal rollo.

¡Hay que ver lo que se aprende cuando ansiedad y aburrimiento se juntan en mi salón!!!

24 marzo 2010

inspiración

Yo estaba hace unos días en un bar, tomando un café por la mañana. Necesito ese café matutino para abrir los ojos y “ser persona”. Hasta que no llego a ese momento, creo que lo único que hago por las mañanas es vagar. Pongo el piloto automático y llego al trabajo.
Entonces busco el único hueco tranquilo del día para tomarme un café.
Ese café suelo tomarlo con algún compañero. Pero en ocasiones puedo tomarlo sola.
Cuando eso ocurre, cojo el primer diario que encuentro en el bar y lo ojeo, a ver qué me resulta interesante.
Tengo que reconocer que últimamente lo que más miro (defecto profesional) son las páginas de economía (¡qué horror!).
Pero hay veces que, como aquel día, me toca un diario del día anterior (¡qué contradicción!). De modo que no me interesan ya las noticias pasadas y ojeo un poco más, a ver qué me depara la suerte.

Y me encontré con una entrevista curiosa que le hacían a Robert Horvitz (Premio Nobel en Fisiología y Medicina 2002), de la que me apunté una frase:
“No tengas miedo a probar algo nuevo. Si te es atractivo, inténtalo, y si no funciona, prueba otra cosa.

Está claro que hay gente que inspira. No sé qué tienen. Supongo que el denominador común es que tienen más fuerza, más coraje que el resto. Y así consiguen llegar lejos. Y esa trayectoria es la que nos ilumina y nos contagia las ganas de seguir adelante.

Si la queréis leer, podéis encontrarla aquí.

14 marzo 2010

crecer...

Me gusta esta frase. Supongo que va al hilo del post anterior:

"Cuando crezcas descubrirás que ya defendiste mentiras, te engañaste a ti mismo o sufriste por tonterías. Si eres un buen guerrero no te culparás por ello, pero tampoco dejarás que tus errores se repitan.
Paulo Coelho

05 marzo 2010

la importancia de equivocarse para vivir

Me reconozco como una persona extremadamente preocupada por la perfección. Quizá incluso podría decir que soy una experfeccionista, como otro diría que es exalcohólico, sabiendo en ambos casos que hay cosas que se pueden apartar de la vida pero nunca se dejará de serlo...
En mi caso, me preocupaba tanto hacer las cosas bien que a menudo dejaba de hacer algunas por miedo a hacerlas mal. Lo que conlleva un problema añadido, y es que a menudo exigía también a mi alrededor cierto grado de perfección (aunque creo que siempre me di cuenta de que era una obsesión) que infería cierta rigidez en mi relación con el mundo de la que ahora intento alejarme.

En el camino hacia la normalidad, aprendí que uno tiene que equivocarse como parte de la vida y del crecimiento.
Sí, ya sé que me diréis que es bastante obvio. Sin embargo, cuando digo “aprendí” me refiero a internalizar dicho concepto, a asumirlo como cierto, a intentar vivirlo. Creo que yo siempre supe que era obvio, pero nunca lo viví como tal. Ahora hago un esfuerzo por sentirlo.

Todo esto viene a que cuando una cosa así la ves en otro lugar, en otra persona, sientes que no te has perdido, que la senda es la correcta. A mí me ha pasado con el libro El mundo amarillo, de Albert Espinosa.

Es una lectura muy recomendable, donde narra experiencias que dieron lugar al guión de la película Planta 4ª. Es curioso porque el live motive del libro es lo que menos me ha gustado (su descripción de “los amarillos”, que no desvelaré por si alguien quiere leerlo). Pero me ha llegado al alma su visión de la vida después del cáncer y la fuerza con la que parece acometer todo lo que en ella ocurre.

La cuestión, pues, es que me ha recordado la importancia de equivocarse para vivir. Y la importancia de reconocer el error para seguir viviendo:
En el hospital nos enseñaron a aceptar que podíamos equivocarnos. Mi médico a veces se equivocaba y siempre aceptó la culpa. El mundo iría mejor si aceptáramos que nos equivocamos, que hemos errado, que no somos perfectos. [...]
Es importante que reconozcamos que nos equivocamos para así tomar conciencia de dónde están los errores y no cometerlos más. Quizá algunos tienen miedo al castigo que esto puede suponer, pero el castigo es lo de menos, lo único importante es dar a nuestro cerebro los items correctos.
Albert Espinosa – El mundo amarillo (si crees en los sueños, ellos se crearán)

21 febrero 2010

confiar

Hace tiempo intento encontrar confianza. Confianza en mí misma y confianza en los demás. Para mí es muy complicado, porque convivo a diario (laboralmente) con gente en la que no puedo confiar. No puedo dar fe de que todo lo que me digan va a resultar cierto, por lo que hace años voy construyendo una coraza, intentando no ser crédula y no creer siempre lo que me dicen.
Pero es contradictorio, porque yo soy, por naturaleza, bastante ingenua, y creo en que lo que me digan será cierto. Mi frase, aunque critico después por cándidos a aquellos que la utilizan, es “¿por qué lo iba a decir si no fuera cierto?”.
Y además me complica la vida, porque empiezo a entender que me cuesta tener una actitud diferente en función de quién tengo delante: si me volví desconfiada, si levanté una pared a mi alrededor, fue para todo el mundo.

Tendré que aceptar que la vida tiene parcelas, que es cierto que hay “gajes del oficio”, y que debo encontrar algún modo de regular mi confianza, dando más a quienes me dan a mí, y desconfiando del resto... Seguiré trabajando-me...

una nuez en el bolsillo

El poeta René Char cuenta la historia siguiente (en su libro Hojas de Hipnos):
Durante la Segunda Guerra mundial, hubo que disponer de un campo para que aterrizaran los aviones ingleses que apoyaban a los partisanos.
Encuentran el suelo apropiado, pero sólo tiene un problema: que se encuentra poblado de árboles.
El campesino al que pertenecía, sólo pone por condición que no se derribe el viejo nogal centenario que se encontraba en él. Pero la condición es imposible de cumplir. El árbol cae.
Los hombres que desentierran la raíz principal advierten que llega hasta la altura del fémur de un guerrero enterrado allí desde la Edad Media.
Había sido sepultado en el siglo XII con su armadura y una nuez en el bolsillo. De esa nuez había nacido el nogal.

Char fue maquis en la Provenza, comandante de la Résistence clandestina, con lo que entiendo que el contexto de la historia debía ser político.

A mi en cambio me sugiere una reflexión humanista, y es que las personas en general necesitamos (seguramente por condición genética) dejar un legado. La mayoría optan por tener hijos (supervivencia de la especie) y otros llevan dicha necesidad al arte o cualquier otro modo de pervivencia de las ideas.
Pero de lo que no solemos darnos cuenta es de que la mayoría, con intención o sin ella, dejamos un legado, porque los que conviven con nosotros se ven influidos por lo que hacemos y por lo que vivimos.
Quiero pensar que cada uno de nosotros deja una nuez en su entorno y que, llegue o no a ser un nogal centenario, seguro que algo cambia en el sustrato de la vida del resto.

13 febrero 2010

el poeta

En general no me gusta la poesía, salvo si me la cantan: Serrat, Paco Ibáñez, Pedro Guerra... la lista es larga.
A pesar de lo cual, hay ciertos poemas que adoro (alguno ya lo dejé por aquí).


Con ese antecedente, me acabo de leer un libro de poemas, EL POETA, de FONI. un poeta socarrón y cínico (no sé si él estaría de acuerdo con eso, pero así lo veo yo).


Es lo que tiene que el padre de una se haya vuelto rapsoda con la edad. Que tiene amigos poetas y todo encauza a que yo lo lea, después de que me lo reciten (no es como el cantar, pero tiene su gracia).


Por no desvelar el contenido, os reproduzco lo que el poeta cuenta en la contraportada. Es lo que ha hecho que me interese por él, lo aporto buscando el mismo efecto. No tiene desperdicio:


Durante años pensé en la palabra que no miente jamás, en la pintura que miente siempre y en la música que lo lía todo.
También creí en el amor como algo grande, hasta sublime y maravilloso. Pero los años pasan y te van dejando pegajoso y con poco pelo. Y sí, viví el amor hasta el éxtasis y el desamor hasta las heces. Con lo cual, ahora, me llega, en ocasiones, una soledad que no conmueve. Creo que la palabra miente casi siempre, la pintura dice la verdad, y la música lo sigue liando todo. Uno de esos días intentaré aprender a tocar la armónica.
FONI


joan-foni-illamola.blogspot.com
Imagen: Pal

06 febrero 2010

caminos

Hace tiempo que busco mi camino.
De hecho, últimamente siento que, o empiezo a vislumbrar la senda correcta o, como mínimo, empiezo a entender qué caminos no son los míos. En cualquier caso, estoy en un momento en que ciertas cosas me hacen pensar mucho.
Como el poema de Henley, que se convierte en el live motive de la recien estrenada Invictus. Y del que también aparece un fragmento en El club de los poetas muertos. Creo que el texto no requiere más comentario:

Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen
por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia
nadie me vio llorar ni pestañear.
Bajo los golpes del destino
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma

William Ernest Henley

27 enero 2010

pensamientos fugaces

Los comentarios al post anterior me han instigado a contar algo personal:

Cuando tenía unos 13 años, una profesora me convenció de que era importante para mejorar la expresión escrita que hiciera un diario.
Ese fue el comienzo de una aventura que duró muchos años.

A parte de eso, siempre he escrito; un papel en blanco constantemente fue una inspiración para mi. En cualquier momento apuntaba alguna reflexión en la libreta que indefectiblemente llevaba en el bolso.

Siempre pensé que no podría escribir un libro (aunque me hubiera gustado), porque no era capaz de inventar historias con un principio y un final. Ni siquiera con un desarrollo que les permitiera denominarse historias. Simplemente escribía pensamientos fugaces que aparecían en mi mente.

Pero hace unos años alguien me introdujo en el maravilloso mundo de los blog... y descubrí que eso que yo había escrito durante años ¡eran post!!
Fue un maravilloso encuentro... Aunque ahora escribo mucho menos de lo que me gustaría y muchísimo menos de lo que lo hacía cuando la vida de estudiante era tranquila y no tenía que trabajar para ganarme el pan...

24 enero 2010

cartas

 Hace años que no escribo una carta.
Antes era algo cotidiano, formaba parte de mi vida.

No siempre eran cartas para la misma persona. Tenía amigos con los que me comunicaba de esa manera.

Recuerdo la ilusión de abrir el buzón y encontrar un sobre a mi nombre que venía de otra parte. Unas veces de lejos y otras de mi misma ciudad. La cuestión no era que vinieran de muchos kilómetros, sino que me traían palabras de personas con las que me sentía unida de un modo especial.

Era detenerse, contarle algo a otro que escuchaba... quizá por eso tengo un blog. Sólo que ahora no sé bien (salvo excepciones) quién sois los que escucháis.

23 enero 2010

publicidad gratuita

Lo que tiene ser fan de un grupo...


 ...es que te sientes tentado a hacer publicidad gratuita de sus conciertos:
...

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Plaça de Cuba, Matarò, Barcelona 08302
28 ene 2010, 22:00 10:00 PM - Free

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13 feb 2010, 22:00 10:00 PM - 5 euros

17 enero 2010

¿qué ocultamos?

El viernes tuve que hacer una presentación ante un público de algo más de 100 personas.
Mi trabajo ya conlleva de vez en cuando hacer reuniones, pero nunca con tanta gente (hasta ahora).
Tuve la sensación de pánico más grande que había sentido nunca. Mis manos temblaban sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo más que apoyarlas en el atril. En la última diapositiva pensaba que me iba a desmayar.
Y hacia fuera (según me dijeron después) lo que transmitía era calma y conocimiento sobre lo que estaba explicando.
Qué grande, el ser humano, que tiene esa capacidad de ocultar lo que realmente ocurre en su interior.
Y qué pequeño, cuando puede sentir tanto pánico haciendo algo cotidiano, sólo por tener que hacerlo delante de tanta gente.

11 enero 2010

ciudades con alma

Las ciudades tienen alma. Estoy segura. Mi problema es que no soy capaz de verla o intuirla.
Hay ciudades que hacen vibrar, y a mí me dejan indiferente. He reflexionado mucho sobre eso. La última vez fue a causa de Cai, un post de Burdon.
¿Por qué hay ciudades que gustan a todos y yo no les encuentro nada? Creo que la respuesta me la dio Verona. La ciudad más bella que recuerdo haber visto nunca. Paseé por sus calles junto a unos amigos veroneses que me hicieron amar aquella ciudad.
Hay personas que se dejan maravillar por paisajes, calles, puentes... en cambio, creo que yo tengo una especie de incapacidad para ello. Lo que a mí me emociona es la vida, los sentimientos y, por ende, las ciudades que me llenan son aquellas donde están mis amigos: las ciudades en las que me cuentan historias y me dicen quienes vivieron allí.

09 enero 2010

potato

He descubierto que mi gata tiene un bulto en el abdomen. Ha sido como descubrir su fecha de caducidad, porque ya tiene 16 años y porque ya no es el primero (la he operado tantas veces que la última juré que sería la última)...
En una de aquellas casi se muere, y entonces descubrí que me hacía más falta de lo que yo pensaba.
Ya ves, son 16 años, de los cuales los últimos 6 hemos vivido solas, y no sé cómo inventar una vida sin ella.
Lo peor de todo esto es que lo puedo contar aquí, sotto voce, pero no lo puedo contar en voz alta, porque la mayoría de la gente no entiende que se pueda querer tanto a un animal.
Acabamos el año perdiendo a alguien a quien quería y de quien me acuerdo cada día que pasa, y empiezo el año temiendo pensar qué ocurrirá en un futuro próximo o lejano con un bicho que me preocupa más de lo que se puede entender.

03 enero 2010

nuevos comienzos

 Hace tiempo leí que la vida la dividimos en años para darnos la oportunidad de tener nuevos comienzos.

Buscando cómo llenar de contenido el comienzo que nos propone el 2010, he encontrado esta reflexión que os propongo:


Cuando te encuentres en una encrucijada, pregúntate: ¿Ese camino tiene corazón? Si lo tiene, el camino es bueno; si no, es inútil.
Carlos Castaneda